Lo ocurrido en Chipre no sólo apesta, es que además huele muy mal. De un plan inicial en el que se jodían todos y cada uno de los bolsillos de los chipriotas y, de rebote, los de los "inversores" extranjeros, se termina en una propuesta en la que los pequeños ahorradores salen librados (de momento) y sólo tienen que pagar el nuevo "impuesto" (revolucionario) aquellos que tengan depósitos de más de 20.000 euros y no hayan sido avisados con el tiempo necesario para sacarlos, claro...
Pero el parlamento de Chipre, y su sociedad al completo, demuestran que se puede decir NO, como a las drogas, a todo lo malo que se nos ofrece en la vida. Y la UE y el FMI y el BCE y todas las demás siglas que tengan que ver con el poder económico europeo, son malos... peores incluso.
Y ahora se les amenaza, y se habla de escenarios horribles como el de su salida del euro y la vuelta a la capacidad autónoma de tomar sus propias decisiones sin tener que pensar en el "bien común" de quien no piensa nunca en el bien particular de Chipre. O sea... todo un problema.
En fin... ya se verá en que termina todo esto. Lo único que lamento es que Rusia no nos haga una oferta de crédito a nosotros. Por lo menos podríamos incluir unas toneladas de ensaladilla en las negociaciones...
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