Que si, que yo también tengo facebook, que si no tienes facebook no eres nadie... otra cosa es el Twitter, de eso ya hablaremos otro día. Y tengo muchos "amigos" en el facebook, y a algunos de ellos los conozco personalmente, y mola eso de poder charlar con ellos hasta cuando están lejos. Y mola que le puedas decir algo a tu mujer cuando está en la habitación de al lado y no quieres ni levantarte ni gritar. Y enterarte de que Fulanito de Tal tiene un sabañón, o de que Menganita de Cual por fin disfruta de una menstruación tranquila y plena de satisfacciones.
He llegado a tener "amigos" tailandeses, chinos y del Senegal. Cuantos ratos de ocio compartiendo cerdos de granjas pixeladas... cuantas horas de entretenimiento ayudándonos mutuamente a conseguir una fábrica de lápices de colores para construir la ciudad en la que no viviríamos ni de coña...
Hay una cierta dosis de tristeza en esas relaciones no sólo a distancia sino desde el desconocimiento y el desinterés verdadero. Pero es tristeza divertida, lo reconozco. No hay responsabilidades, no hay compromisos, sólo tienes que darle a un frío"me gusta" y la otra persona se siente mejor. Y tú te sientes mejor cuando alguien del que no sabes absolutamente nada comparte tu última ocurrencia o lo que has copiado de otro sitio.
Facebook mola. Mola más que los amigos de verdad, porque éstos te exigen fidelidad. A los amigos les tienes que invitar a cañas, a cenar, tienes que escucharle las penas, apoyarlos cuando te dicen que van a montar un negocio suicida, decirles que la culpa es de la crisis cuando el negocio suicida se va al carajo... Los amigos de verdad son como los orgasmos: son más de los que presumes que los que tienes realmente. Los amigos de verdad no se enfadarán cuando lean esto.
... o si, yo que se...
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