Unos días sin que hablemos de Bárcenas, ni de Gürtel ni de Ana Mato... bueno, o que hablemos poco al menos. Hasta a mí me han sentado bien. Poder hablar de si el jefe de la iglesia católica dimite por viejo, por cansado o por cagado... Hablar también de si el meteorito va a chocar o no, que de repente aparezca otro y se la pegue en Rusia, sin que nadie haya avisado de nada antes... Jugosas historias que pueden alimentar las conspiraciones más interesantes. ¿Ha dimitido el papa de Roma porque no podía evitar el choque del meteorito ruso? ¿Lo ha hecho porque no permitió que Dios reventara el otro meteorito contra Las Vegas, la nueva Sodoma? ¿El meteorito ha sido enviado por los extraterrestres para ver si acababan de una vez por todas con Rajoy y su pandilla e instaurar un nuevo sistema político basado en la cooperación salivar anal...?
Como veréis, si nos ponemos nos pueden salir millones de ideas. El caso es que Ratzinger dimitió (o como se le prefiera llamar), el meteorito no chocó, su primo lo hizo en Rusia, Rajoy sigue ahí, Ana Mato no se va, Urdangarín no volvió al balonmano y Floriano sigue en el PP...
Y yo me pregunto: si un papa y un meteorito no son capaces de cambiar las cosas... ¿con qué seremos capaces de hacerlo? ¿Con unas elecciones democráticas donde cada voto valga lo mismo y los partidos tengan que conformarse con los votos que realmente les correspondan? ¿Tú estás tono o qué?
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