Esto de ser papa de la iglesia católica es como morirse: tan pronto te estrenas en tu nueva condición todo el mundo habla bien de tí en público, mientras en privado te ponen a parir. Y el motivo en el caso de los papas (y de muchos difuntos) es que es la realidad... han sido unos hijos de puta.
Desconfío por sistema de cualquier puesto de poder. No creo que nadie pueda acceder a ciertos estratos sociales, políticos o, como en este caso, religiosos, sin haber pisado cabezas, colaborado en temas oscuros con quienes después te aúpan, o sin haber protagonizado directamente momentos... sonrojantes.
Y Paco I del Vaticano trae una enorme mochila cargada de sombras. Y estas sombras van a empezar a asomar, y la iglesia, como siempre, callará... y todo seguirá como hasta ahora. Porque el ser humano no cambia, y las ratas tampoco.
En fin... ¿a mí qué más me da? Pues no sé... es sólo por joder un poco
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Absoluta libertad de opinión, pero no olvides que es mi blog, y yo todavía no te he faltado al respeto... Gracias por participar.