Como siempre que la iglesia católica (o cualquier otra) se mete en temas que no le compiten, la han cagado. La orientación sexual de las personas no puede ser motivo de tan continuos comentarios por parte de la cúpula eclesiástica, que debería de preocuparse por la moral de sus principales figuras, tanto a nivel dirigente como entre sus fieles.
Pero sobre todo les exijo coherencia. Si la sociedad sólo pudiera subsistir gracias al matrimonio heterosexual, ¿por qué ellos no colaboran permitiendo el matrimonio a sacerdotes y monjas? ¿Por qué tienen que contribuir a la desaparición de la sociedad y de la especie humana? Y sobre todo... ¿por qué son tan desgraciados que no sólo permiten sino que también justifican los miles de casos de relaciones HOMOSEXUALES CON MENORES?
Señores asalariados de esa gran empresa que se ubica en El Vaticano: déjennos en paz, por favor. Olvídense de todos aquellos que jamás entraremos en sus esquemas, que jamás compartiremos su hipócrita moral, que no somos capaces de ver sus buenas intenciones por ningún lado. Dedíquense a adoctrinar a quién se deje, inviertan su tiempo en mostrar el camino de los tantos descarriados que militan en sus filas...
Los homosexuales no esperan sus consejos, de verdad...
De nuestros amigos de LOS DERECHOS SOCIALES:
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