Lo importante ya no es si esta noticia es cierta o no... ni siquiera el saber si estamos rodeados de corrupción, favoritismos y prebendas como si esto fuera una república (ojalá) bananera (o platanera de Canarias). Lo que a estas alturas me parece destacable es que nuestros políticos no ven llegado el momento de aclarar su papel, su posición... cómo deberíamos de empezar a verlos.
Nos surgen noticias de putrefacción en todos los ámbitos sociales: desde los partidos (de cualquier signo) hasta la Casa Real pasando por los sindicatos o el deporte. Nada se escapa a la sospecha, a las acusaciones más o menos fundadas, a la certeza al menos de que algo está mal. Y mientras nosotros asistimos al hundimiento de nuestra existencia como clase social, mientras permitimos que nos defenestren casi como especie humana, tenemos que tragar cifras escandalosas de regalos, compras, sobornos o como cojones queramos llamarle...
Y escuchamos 32.000 euros y ya hasta nos parece poco, aunque en nuestras casas no entren ni 800 al mes, porque lo habitual es que entre estas alimañas las cifras tengan cinco o seis ceros...
En fin... Un día, un tribunal meterá a todos estos hijos de puta en la cárcel. Y ese mismo día a mí me saldrán alas, subiré a los cielos con mi cuerpo incorrupto y jugaré con Dios una partida al chinchón...
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